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✔ 🟢 El cerebro de gordo: Esta es la principal causa del fracaso en las dietas.

✔ 🟢 El cerebro de gordo: Esta es la principal causa del fracaso en las dietas.

✔ 🟢 El cerebro de gordo: Esta es la principal causa del fracaso en las dietas.

El cerebro de gordo: Ésta es la principal causa del fracaso en las dietas.

Ve aquí el Vlog (video) 👇

Cuando escuché por primera vez la frase “tengo cerebro de gordo” estaba disfrutando tranquilamente de unas necesarias vacaciones en un restaurante en la playa, cuando en la mesa de al lado donde estaban un grupo de amigos, escuché que una persona le pregunta a otra mientras el mesero le acercaba su pedido:

- ¿Qué, no estabas a dieta? - , a lo que le respondió la otra persona...

– Sí, pero ya no, es que tengo cerebro de gordo -

El cerebro de gordo: Esta es la principal causa del fracaso en las dietas.

Debo aclarar que no fue mi intensión escuchar “el chisme” (jeje), simplemente que me causó gracia el “timing” con que dijo la respuesta al igual que al resto del grupo de amigos que se carcajearon.

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Sin embargo, como siempre digo, “por algo pasan las cosas”, en ese momento me identifiqué plenamente con esa frase:

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Finalmente comprendí lo que me sucedía: Yo también tengo cerebro de gordo

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Como seguramente sabrás (si no, ve AQUÍ mi testimonio), tuve obesidad desde la infancia y a pesar de llevar más de 11 años de haberla superado, aún sigo batallando o lidiando todos los días con mis malos hábitos arraigados desde la infancia, con el fin de evitar recaer en ésta enfermedad llamada Obesidad.

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Éstos malos hábitos alimentarios se disfrazan de “pequeños gustos que me doy”, aunque sé perfectamente que no debería, de vez en diario caigo en alguno de ellos.

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Al grado de pensar en ocasiones que soy un fraude, principalmente al no ser en todo momento congruente entre lo que digo y hago cuando trato de ayudar a otras personas, haciendo en ocasiones lo contrario a lo que les recomiendo.

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Sin embargo, esto tiene ciertas ventajas para mis pacientes que más adelante mencionaré…

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Afortunadamente la conciencia, el aprendizaje, estudio, profesión, experiencia acumulada y el adquirir nuevos hábitos, me han permitido mantener cierto control en mi cerebro de gordo.

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Incluso te diría que el hacer éste tipo de trabajo, tratando de ayudar a otras personas, mediante consultas de orientación nutricional para bajar de peso o al escribir este tipo de información, también me estoy ayudando a mí.

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El comprender y aceptar ésta realidad, me permite negociar con mi cerebro de gordo.

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Es como si tuviera algún trastorno de identidad disociativo (mejor conocido como trastorno de doble personalidad), donde otra persona me dijera “si cómetelo todo” y mi consciente me dice “no deberías hacerlo” (tipo Gollum de la película “El señor de los anillos”), por lo tanto, para evitar lidiar con éste conflicto se debe aprender a:

Negociar con el cerebro de gordo.

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El negociar no significa necesariamente llegar a un punto medio, aunque muchas veces ayuda:

  • Implica desde comer un par de galletas en vez de todo el paquete.
  • Evitar comerse una comida chatarra en la mañana, para darse “el gusto” de comérsela en la noche.
  • Prescindir de comerse un taco más para el “huequito” que queda en el estómago.
  • Seguir con el mal hábito de tomar refresco, pero en su versión sin azúcar y en menor cantidad.
  • hasta decirle al cerebro de gordo que sí te lo vas a comer, pero en tu día libre, no hoy, no mañana, hasta el día libre…

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Así es como veo y vivo los resultados a largo plazo, desde mi experiencia y después de múltiples intentos realizados por bajar de peso, ésta es la manera que entiendo y por consecuencia fomento a los pacientes, para aprender a sobrellevar aquellos malos hábitos y pensamientos arraigados profundamente en el inconsciente, que, desafortunadamente son los que te llevan a recaer y por consecuencia volver a recuperar el peso perdido una y otra vez (efecto rebote).

Independientemente del método, dieta o sacrificio que hiciste por lograr bajar de peso.

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Por ello, cuando me dicen los pacientes que “no tomaron el día libre” que tienen autorizado en nuestras dietas y tratamiento para bajar de peso, lejos de felicitarlos, los incito a que lo hagan, de una manera moderada y consciente por supuesto.

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Ya que también el aprender a “negociar con tu cerebro de gordo” (si es que te identificas con este concepto), es parte fundamental del aprendizaje necesario para aprender a mantenerte y a comer todo lo que te gusta sin que te vuelva a afectar tu peso en el futuro.

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Por ello, el día libre es fundamental en la dieta para aprender a negociar, valorar y disfrutar sin culpa aquellos antojos, reuniones o fiestas que serán imposibles evitar.

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Éstas negociaciones, irán variando, dependiendo el grado de interés por ver o no resultados, por ejemplo, si tiene más importancia en éste momento bajar de peso, deberás disminuir los episodios de negociación ya que el “sacrificio temporal” que debes hacer, servirá para ver resultados en el corto plazo, en otras palabras, mientras más te apegues a la dieta, más vas a bajar de peso.

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Sin embargo, a medida que ésta urgencia disminuya y de alguna manera te confíes o conformes con los resultados obtenidos, podrás incrementar éstos episodios de negociación con tu cerebro de gordo, de tal manera que no lo permitas dominarte, pero, por otra parte, darle uno que otro gustito, para que no te fastidie la vida (o nuevamente tu peso).

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De lo contrario, si te olvidas de negociar con tu cerebro de gordo, le das nuevamente el control total de tus malos hábitos, comiendo nuevamente todo aquello que te hizo daño y te hizo engordar, justificándolo con el clásico “o lo hago bien, o no hago nada”.

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Negociar con tu cerebro de gordo implica también evitar darle argumentos para hacerlo.

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Por ejemplo, no tener disponible en casa u oficina aquel alimento que te genere esa ansiedad por comerlo, no generarte prohibiciones mentales que lejos de ayudarte, te darán más ansiedad por comerte aquello prohibido.

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Ésta es la razón por la que muchas dietas y tratamientos para bajar de peso te hacen fracasar y no mantener los resultados en el largo plazo.

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Primero que nada, no estar conscientes de saber que tenemos una enfermedad llamada obesidad que no se cura, solo se controla.

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Sin embargo, de entrada, muchas personas no la consideran enfermedad, por lo tanto, no las tratan con los especialistas o profesionales de la salud adecuados como son los Nutriólogos y Bariatras, tal como sí lo harías con cualquier otra enfermedad y especialidad que la trate, por ejemplo, si alguien tuviera cáncer, el especialista para combatir o controlarlo es el oncólogo, ¿no crees?

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¿Por qué crees que la solución ideal para tratarte ésta enfermedad es un grupo de alguna red social, un producto milagro, una pastilla mágica o hasta la hija de vecina que vende suplementos para bajar de peso…? Suena absurdo, pero es cierto.

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En segundo lugar, el no aceptar que tenemos malos hábitos, conlleva a que difícilmente podremos eliminarlos en nuestra vida, existe una frase de Benjamín Franklin que resume este hecho:

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“Es más fácil prevenir los malos hábitos que eliminarlos”

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Bajo ésta realidad, veamos algunos ejemplos:

  • Si sabes que te gusta el pan y obviamente es un alimento que consideras malo para tu salud (o así te lo han hecho creer) ¿Realmente crees que puedas dejar de comerlo por el resto de tu vida?
  • Si te gustan las galletas llenas de carbohidratos simples y grasas saturadas, ¿apoco las dejarás de comer para siempre a pesar de saber lo malas que son?
  • Si te gusta la fiesta y las bebidas alcohólicas que existen en el contexto de una fiesta, ¿Aguantarás la abstinencia del alcohol cada que asistas a una fiesta? Sería difícil, más no imposible.

Sin embargo, si una persona está enferma de alcoholismo, no faltará el apoyo social en por lo menos no ofrecerle alguna bebida alcohólica a esa persona, o incluso no llevar alcohol a la fiesta para no darle tentaciones.

Lamentablemente no es así cuando alguien está “enfermo de obesidad” y está en un tratamiento para su enfermedad, en otras palabras, está a dieta pues…, aquí sucede todo lo contrario, le presionan, sabotean y justifican para abandonar su tratamiento y por consecuencia recaer en su enfermedad (solo por hoy, mañana ya haces nuevamente la dieta).

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Así como estos ejemplos, seguramente ya podrás identificar los tuyos, con tus “debilidades o vicios gastronómicos”, esos que te detonan la adicción por comerlos, en ocasiones no basta con uno, te acabarás todo el paquete o caja que compraste.

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Respecto a lo que te mencionaba en los primeros párrafos de este artículo, sobre la ventaja para mis pacientes y mi realidad con mi cerebro de gordo.

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Es que el saber que existe y aceptar a mi cerebro de gordo, me permite empatizar con los pacientes respecto a sus sentimientos, ansiedades y a veces desesperación o frustración por no lograrlo con ningún otro tratamiento, donde no les dan mayor alternativa que llevar una dieta extrema y punto, sin ningún margen de error.

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De esta manera, el comprender lo que les sucede, ya que también lidio todos los días con esto, me permite darles alternativas de solución con base en mi experiencia personal o empírica, por ello insisto mucho en tomarse el día libre y disfrutar sus antojos en las cantidades o porciones adecuadas para que, a pesar de comerse aquello que pensaban les hacían subir de peso, logren ver resultados y disfruten de sus comidas favoritas o antojos sin culpa.

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Otra ventaja más es que vean que existe una alternativa realista de mantenimiento en el largo plazo, no únicamente se trata de hacer sacrificios “mientras están a dieta”, se trata de mostrarles que en un futuro podrán permitirse esos gustos mediante la negociación con su cerebro de gordo.

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Por ello, es más fácil prevenir esos malos hábitos que eliminarlos, tal como lo menciona Benjamín Franklin, en otras palabras, aprender a comer TODO lo que te gusta para no volver a subir de peso.

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Recuerda que con nuestro tratamiento para bajar de peso en Sbel-T Forever contemplamos éstas realidades a las que estamos y estaremos expuestos en este ambiente obesógeno, tanto externo como interno (con nuestro cerebro de gordo), considerando ésta realidad lograremos estar esbeltos para siempre.

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Por: Mtro. en Nut. Oscar M. Alanis

CEO Sbel-T Forever

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